lunes, 20 de diciembre de 2010

La verdadera interpelación


Piñera visita campamento El Morro y le deja tarea a la Intendenta


Mientras el mandatario se sacaba fotos con los asistentes a la celebración navideña en Talcahuano, Cecilia Vallejos, dirigenta del Campamento El Morro, se abalanzó sobre el mandatario y lo tomó de las manos para rogarle que le acompañara, aunque fueran sólo cinco minutos, hasta las mediaguas.

Piñera, entre cámaras y fotografías, aceptó la propuesta de la mujer y comenzó la marcha a pie del escenario al mismo campamento junto a su esposa, Cecilia Morel, la intendenta, Jacqueline van Rysselberghe y un séquito, entre prensa, efectivos de seguridad y curiosos.

Los residentes de El Morro no podían creer la escena. El presidente caminaba entre las medias aguas del campamento. La dirigenta, un poco más tranquila, había conseguido su cometido.

Ya en el lugar, se formó una suerte de careo entre autoridades y damnificados. "Somos 196 familias que vivimos acá. Estamos hace 10 meses y la situación sigue siendo precaria, incluso, todavía hay familias que viven en la playa. Estamos cansados", encaró la representante de los terremoteados.

Conmovido por la situación, el mandatario se comprometió a entregar títulos de dominio a los habitantes del campamento. Además, indicó que comprará el terreno que está frente al lugar en el que viven actualmente y que pertenece a la pesquera SPK. Ahí se construirán sus nuevas viviendas.

"Está muy bien que se luche por lo que se considere justo, y por eso yo le encargué una tarea a la intendenta. Ella sabe que tiene una tremenda responsabilidad, que es tener para el 27 de febrero de 2011, a un año del terremoto, todo reconstruido o por lo menos en proceso de reconstrucción las casas de la zona", manifestó el primer mandatario.

Después del compromiso hecho delante de todos los vecinos, los dirigentes invitaron al presidente a ver la situación en la playa, pero éste no accedió, subiéndose raudo a una van que lo esperaba en la salida de campamento. Entre los dueños de casa, se hicieron escuchar las pifias.

El Campamento El Morro, según explicó Juan Salvador Ramírez, coordinar Municipal del lugar en cuestión, está divido en tres áreas. Primero, está la gente que vive arriba en el cerro, que en total son 26 familias. La segunda área es abajo, a las faldas del cerro con 50 hogares y el tercer lugar, según contó el funcionario, es la playa con un total de 120 familias.

"Las personas están viviendo sin agua. No tienen información sobre los títulos de dominio y la compra del terreno de la pesquera SPK aún está por definirse. Lo único que el Gobierno ha hecho es entregar, a las familias damnificadas por el terremoto, un kit de reparación que es básico", afirmó Ramírez.

En tanto, Cecilia Vallejos aseguró que el lugar viven en condiciones paupérrimas 70 adultos mayores, que pasaron a duras penas el invierno. "No puede ser posible que sea así. Espero que el presidente Piñera cumpla su palabra, pues nada quedó en papel".

Extraído del diario "La Estrella" - Domingo 19 de diciembre del 2010

viernes, 17 de diciembre de 2010

Las NO noticias de la semana

Más de mil reos se encuentran en huelga de hambre debido a las malas condiciones carcelarias y al incendio en el que fallecieron 81 personas en la cárcel San Miguel.

Salió un cable en wikileaks sobre la solicitud de intervención de la CIA en el conflicto mapuche. Los diplomáticos norteamericanos mencionan que los mapuches son mayoritariamente no violentos y el conflicto ha sido magnificado por la prensa conservadora.

Chile pidió ayuda al espionaje de EE.UU frente a los mapuches. El país. 13/12/2010

Vino a Chile Joseph Stiglitz, premio nobel en economía y crítico del neoliberalismo y la globalización financiera.

Dicen que vino Stiglitz. El Diario Financiero. 14/12/2010

martes, 14 de diciembre de 2010

Una arqueología al Examen Médico Nacional


"No restableceréis las cofradías, pero exigiréis pruebas de capacidad; se podrá llegar a ser médico sin haber frecuentado ninguna escuela, pero vosotros pediréis una garantía solemne de los conocimientos de todo candidato; conciliaréis así los derechos de la libertad personal con los de la seguridad pública."

Francia, inicios del siglo XIX luego que la revolución francesa "abriera el templo de la medicina"

El gobierno caminaba a la par en su persecución contra los intrusos, es decir, contra los extranjeros, porque esta era la genuina tradición de aquel chilenismo de primeras aguas.

El protomedicato - decía una nota-decreto del gobierno, el 18 de junio de 1823, que, más que una nota parecía raspa - continuará observando estrictamente la ley que prohíbe puedan ejercer la medicina los profesores extranjeros sin un nuevo examen en el país para este efecto, a los que lo son para todo lo demás, esto es, los que no sean naturales de Chile por nacimiento o adopción; y se extraña que el protomédico se queje de abusos que el mismo ha tenido facultad de corregir y de que es responsable. En consecuencia, pondrá remedio inmediatamente, teniendo entendido que el gobierno le tomará severa cuenta de cualquiera omisión o falta de cumplimiento de las leyes en materia de importancia. *

* Este documento tiene las firmas del presidente Freire y del ministro del interior Egaña, y parece fue expedido a consecuencia de un reclamo hecho contra el protomédico Oliva por algún médico del país (el Dr. Botella o el Dr. Coronilla probablemente) contra algún facultativo extranjero, es decir, peruano o quiteño, que le disputaba su clientela.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Día internacional de los Derechos Humanos


A TODO ESTO

Qué fue de los deberes humanos
Ofrezco la palabra
Mucho se habla de derechos humanos
Poco
Nada casi de los deberes humanos:
Primer deber humano
Respetar los Derechos Humanos


miércoles, 8 de diciembre de 2010

domingo, 28 de noviembre de 2010

Ensayo 1 - Salud y sociedad

Desde los inicios de la historia de la medicina se ha descrito la importante relación entre los factores sociales y la salud de los individuos y poblaciones, incluso algunos médicos han llegado a considerar la medicina como una ciencia social (Virchow). Durante el último siglo la medicina ha sufrido transformaciones importantes secundarias al desarrollo científico y la progresiva especialización del oficio, si bien esto ha producido mejoras en la salud de la población este cambio no ha estado exento de problemas. La confianza excesiva en el modelo biomédico ha tendido a ocultar la influencia de factores económicos, sociales y culturales en la salud de las personas, la fragmentación del conocimiento ha dificultado el desarrollo de respuestas integrales satisfactorias a las necesidades de los enfermos y la perspectiva consumerista en que ha sentado sus bases la medicina industrial ha incentivado el desarrollo de intervenciones individuales a problemas ecológicos.

Durante las últimas décadas las ciencias sociales han realizado aportes para hacer frente a estos problemas. Entre estas se encuentra la sociología, ya sea como sociología de la medicina con sus estudios sobre la institución médica, el rol del enfermo y las creencias de los pacientes sobre el proceso salud-enfermedad o como sociología en la medicina a través del estudio de como los factores sociales afectan la salud y el bienestar de la población. Esta última variante muy ligada a la epidemiología social compartiendo constructos como estructura social, etnicidad, discriminación, apoyo social y capital social. Así como la sociología, también la antropología sociocultural ha realizado aportes a la práctica médica, inicialmente a través del estudio de la etnomedicina y posteriormente con el desarrollo de perspectivas críticas sobre el proceso salud-enfermedad-atención en la sociedad moderna occidental.

La necesidad de integrar las ciencias sociales con el saber biomédico resulta desafiante, más allá de adoptar la perspectiva de Virchow y considerar la medicina como una ciencia social, se requiere la adopción de abordaje transdisciplinario, entendiendo esto como “la síntesis e integración de saberes a través de la formulación de un marco teórico que reúna lo que previamente pueden haber sido puntos de vista diferentes o contrapuestos” (Albrecht, Freeman y Higginbotham). Un primer paso hacia la transdisciplina es plantear “la salud como parte constitutiva del desarrollo” (Sen), entendiendo la atención sanitaria como un medio para mantener las capacidades necesarias para el ejercicio de las libertades fundamentales. Esto que se ha llamado la tercera revolución en la salud pública apunta a promover la salud a través de cambios sociales y acciones políticas (Carta de Ottawa, 1986), un ejemplo paradigmático de esta perspectiva es la propuesta realizada por la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS quienes se encuentran desarrollando intervenciones, metodologías de evaluación y políticas orientadas a promover la equidad en salud.

Incluso en los tiempos actuales donde el desarrollo biomédico promete soluciones milagrosas, la salud es todavía social y requiere de una mirada transdisciplinaria que la problematice.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Despabílate amor


Bonjour boun giorno guten morgen
despabílate amor y toma nota,
sólo en el tercer mundo
mueren cuarenta mil niños por día,
en el plácido cielo despejado
flotan los bombarderos y los buitres,
cuatro millones tienen sida
la codicia depila la amazonia.

Buenos días good morning despabílate,
en los ordenadores de la abuela ONU
no caben más cadáveres de Ruanda
los fundamentalista degüellan a
extranjeros,
predica el papa contra los condones,
Havelange estrangula a Maradona

bonjour monsieur le maire
forza Italia buon giorno
guten morgen ernst junger
opus dei buenos días
good morning Hiroshima,
despabílate amor
que el horror amanece.

Mario Benedetti (QEPD)

lunes, 15 de noviembre de 2010

Los números

Los números pueden ayudar a mirar mejor, a comprender, pero también nos embriagan, nos enturbian la vista. Tienen la capacidad de fascinarnos y hacernos creer en ellos sin pensar en su origen o en su validez. Está claro que los datos pueden ser muy relevantes y ayudarnos a dilucidar muchas cuestiones de interés.

Sin embargo, los números no siempre cuentan la verdad. Los datos también tienen limitaciones, falsean la realidad. La palabras figure (cifra) y ficticio derivan de la misma raíz latina, fingere, ¡Ten cuidado!. Si, debemos ser cautelosos. Primero, porque la utilidad y validez de las estadísticas debe valorarse, caso por caso, muy cuidadosamente. Ni las fuentes de información son necesariamente objetivas, ni el uso de los datos es siempre el más apropiado, ni su interpretación ha de ser necesariamente clara. Muy en especial los científicos saben que es posible "fabricar", "manipular" y hasta "torturar" a los datos. En segundo lugar, porque incluso cuando usamos número fiables o análisis adecuados, sólo obtenemos una visión limitada de la realidad, no de su conjunto. Las cifras homogeneizan , miden con frialdad rasgos de individuos sin rostro, reducen dramas personales muy diferentes. De hecho, no existe una manera adecuada ni completa de medir la salud, la felicidad o el dolor. Y, en tercer lugar, y aún más importante, porque los números con frecuencia distraen nuestra atención, tienden a alejarnos de la percepción psicológica del sufrimiento, el dolor, la enfermedad o la muerte. Al abstraer tendemos a ignorar la realidad, a olvidar el padecimiento humano. En ese momento hacemos cálculos en vez de sentir, valorar o juzgar. En ese instante obtenemos "muertes estadísticas". La muerte de una persona puede ser una tragedia, la muerte de miles o de millones de personas se convierte en una simple estadística. Con frecuencia necesitamos que un novelista, un poeta, un pintor, un fotógrafo o un director de cine nos describan los rostros que hay detrás de las estadísticas.

Hay pues que reconocer lo particular además de lo general: la tragedia personal de cada individuo y el drama social de las poblaciones. Conocer la sociedad donde vive el individuo, y al individuo inserto en la sociedad. Identificar a los que sólo son un "número" en las estadísticas oficiales. Conocer no sólo lo mesurable sino lo relevante, no desentenderse del sufrimiento de ningún ser humano.


Aprender a mirar la salud. Cómo la desigualdad social daña nuestra salud. Joan Benach, Carles Muntaner.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Pasta base o la droga "mata choro" - 2da parte

DC: Tú me vas a contar cómo fue que te metiste en la droga, y en el robo. A ver, cuéntame.
E: No, es que resulta que en la población llegaban a vender droga y a mí me decían que la probara, pero yo no quería. Y de repente me urgí tanto y empecé a probarla, probarla, hasta que me gustó, me gustó la marihuana, la pasta base, y de ahí empecé a robar, robar ¡pa'l puro vicio!
DC: ¿O sea tú robabas pa'l puro vicio, puro vicio?
E: Puro vicio, puro vicio.
DC: ¿Y dónde robabas? ¿Robabas en tú misma población?
E: ¡No! Salía a robar pa' fuera. Pa' otras partes, fuera de la población. Si. Ahonde tenían sí, ahonde hay plata.
DC: ¿Adónde, a barrios ricos?
E: Si, no me gustaba robarles a los pobres.
DC: ¿Y no llevabas plata para tu casa?
E: No. No. Mi mamá no me recibía plata robá.
DC: ¿No? Ya. ¿Y cómo aprendiste a robar?
E: Aprendí solo en la calle. Aprendí a chantar la mano, a todo eso. Aprendí a meterme a las casa. A las tiendas p'allá pa' Conce, pa' todos laos, y gastaba todo eso en drogas.
DC: ¿Pero cuánta plata te gastabas en pasta?
E: ¡Uh! ¡Cómo 50 lucas! De repente me salvaba 200, 300 lucas. Me vestía, le daba plata pa' mis amigos y ahora me la fumaba toda. Amanecía 2 días, 3 días sin llegar a la casa. Pura pasta. Andaba una semana perdío, no llegaba a la casa, me andaba buscando mi familia que me fuera pa' la casa pa' apoyarme y yo no hacía caso.
DC: ¿Pero cúanta plata uno puede gastar en la noche en pasta?
E: ¡Puhh! Uno puede andar con 200 lucas en la pura noche y al otro día no tiene na. Sí. 200 lucas en la pura noche. 100 lucas, 80 lucas. Me la consumía toda en droga, marihuana, alcohol, pasta base. Si así es el vicio. Es como que le dijera, ¡eh!, como que le está quitándole la plata a uno. Se la lleva poh.
DC: ¡Pero tú eres delgado! ¿Estás delgado por naturaleza?
E: ¡Siempre he sido delgado! Desde chico siempre.
DC: ¿Cuándo fumabas tú estabai más flaco?
E: Más flaco. Si aquí empecé a recuperarme. Estaba más flaco sí. Acá me he recuperao la cara. Mi caracho igual, aquí me he recuperado harto.
DC: ¿Cómo, y los chiquillos igual siguen consumiendo afuera y no se dan cuenta que les está haciendo daño?
E: Sí oh. Igual fuman y no se dan cuenta que la droga lo está llevándolo a una parte como decir el infierno así, que lo está matando solo la droga. La droga mata poh. Mata harto.
DC: ¿Y cada cuántos días tú saliai a robar para la droga?
E: Todos los días. Todos los días. Sí. Cuando me iba mal, me salvaba con 10 lucas, con 20 lucas, cuando me iba más o menos no má. Me salvaba con 10 lucas, 20 lucas y me las fumaba al tiro. No miraba pa'l lao. En mi casa no me faltaba na, no comía en la casa, me daban de todo en la casa pero yo no quería ná. Pura droga. Sí, porque uno de repente trabaja y está trabajando pa' adquirir droga y no ve que tienen familia. Y pierde su familia porque se gasta toda su plata si trabaja para darle a su hijo. Yo he visto caso así igual, que de repente hay gente que trabaja y en vez de irse pa la casa se queda consumiendo droga. Sí oh. La droga la lleva.
DC: ¿Y eso lo hai visto tú?, ¿que trabajan en qué, por ejemplo?
E: Profesiones, sus profesiones de albañil, todo eso.
DC: Sí. Ya. Y tú, ¿Cómo aprendiste a consumir drogas, con amigos o solo?
E: Solo. Solo. De repente llegaban a vender así en la población y yo la miraba no má como la vendían, pero un día junté plata y la compré. Un día junté la plata y la compré. Y ahí me gustó y empece a robar, robar, me metía en problemas, pa' marihuana, pa' todo. Pa lo que sea. Empecé con marihuana primero, estuve con marihuana un tiempo y empecé con pasta base.

Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Pasta base o la droga "mata choro" - 1ra parte

DC: A ver, cuéntame lo La Legua y de ti, ¿Cómo te fue agarrando la pasta?
E: Me empezó agarrando por la pura amistad no má. Porque un día yo, un día vi gente fumar. Pero no me gustaba y yo no quería probarla porque sabía que sentía algo que iba a tirarme, a tirarme, hasta que un día lo probé y quedé enganchao, sí poh. El primer pitazo. Primer papelillo que me fumé.
DC: ¿Con el primer papelillo quedaste enganchao?
E: Si poh, con el primero. Mi tiró harto harto pero cuando fumé el primero empecé con vómitos, como que transpiraba así, como que se me subía la presión y vomitaba y vomitaba.
DC: Y de ahí, ¿Cuánto tiempo quedaste pegao, o fumaste y después se te quitó?
E: Ahonde aquí. De 9 meses. 9 meses. Noches, puras noches. Me entraba como a las 7 de la mañana y de repente como a las 12 de la tarde, me entraba así y las ojeras que tenía. Y a mi mamá, a mi abuela, porque adonde va a querer a un hijo verlo así; ella no me dice nieto, me dice hijo.
DC: Y dime una cosa, ¿De dónde sacabas plata tú pa' fumar?
E: Igual robé hartas cosas pa' fumar y me arrepiento harto sí. Si por eso ella igual está conmigo; le robaba electrodomésticos, mi ropa igual la vendía toda, andaba con pures chores y una polera, y unas zapatillas feas. Y hasta que un día, porque Dios es grande no má, me salvó y dejé de fumar.
DC: ¿Y alguna vez robaste pa' comprar?
E: ¿Droga? Si robé, pero no asaltos, pero le robaba más a los que eran más como le dijera yo, a los que eran cabros pero no a la gente adulta. Les quitaba relojes, la mochila, algo así poh en los colegios, los cuadernos igual, los cuadernos nuevos los vendía.
DC: ¿Y cómo fue eso que en Santiago volviste a caer en la droga?
E: Me llevaron pa' donde mi mamá también. Y yo con mi mamá no me llevo bien. Y empecé con la puntita otra vez. Y ahí quedé enganchao, allá se fuma el codo, se fuman codos, ah esos codos de llave, se les coloca un plateao, se les pega con huinchiladora y con la hojita, se les echa la ceniza al codo y después se le echa pasta y uno se la fuma así!
DC: ¿Y el codo parece que tiene una cuestión plateá con hoyitos en la punta? ¿Cómo se hace eso?
E: Eso es plateao, se le sacan a los cassettes y cuando uno abre el cassette eso! O cualquier otra cosa!
DC: Y en la otra punta una huincha aisladora.
E: Si, alrededor. Pongámosle aquí está el hoyo, aquí está el plateao, se le coloca ahí, si poh, pa sujetar el plateao.
DC: Y en Santiago, ¿De dónde sacabai plata pa' fumar pasta si estabai en la casa de tu papá, si no le podiai sacar cosas?
E: No. No podía sacarle. Pero igual vendía toda mi ropa yo. Me volvía a comprar, vendía toda la ropa otra vez y después me volvía a comprar. Y volvía otra vez a vender toda la ropa y vendía plantas, los maceteros, mira a lo que me llevaba el vicio, a vender maceteros. Si poh, de primera mi mamá no se daba cuenta. Pero después se dió cuenta.
DC: ¿Dónde que veías a esos cabros que andaban con piñén?
E: En La Legua. Yo iba a comprar pasta base allá. De pena o sea verlos da pena, en la esquina así, faco así como una tabla, flaco así, así tan flaco, las cañuelas así y todos cochinos y con la pipa en la mano y el encendedor esperando que llegue alguien no má. Pa' que le regalen un papel o lo lleven a comprar. Tenían capas de piñén.
DC: ¿Pero viven en la calle o viven con sus familias?
E: Yo creo que viven en la calle. Si, porque hay unos cartones de ellos. Si, porque quién los va a querer aguantarlos, ¡Nadie! Está con ellos Dios no má. Nadie más, si el mejor amigo es él.

Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.

martes, 9 de noviembre de 2010

Ética de ladrones

DC: Eh. ¿Los ladrones tienen valores distintos o son iguales no más a las otras personas? ¿O se les nota algo diferente?
E: Algo diferente. ¡Pucha! Tienen más sentimientos. Sí. Tienen más sentimientos porque han vivío. Han vivío en la misma carne propia lo que es pasar hambre, lo que es pasar frío. La humillación de repente de estar llegando siempre a lo mismo. Gente que ha estado y ha llegado a algunas partes y de repente es más solidadaria. Cuando los ladrones ven de repente a una persona que le falta algo, le dan porque como a ellos les llega tan fácil también. Yo he visto harta gente que tiene harto sentimiento.
DC: ¿Son más cariñosos, son más afectuosos?
E: Es que han vivío la lejanía de la familia también. La soledad. La soledad también. Los mismos castigos. Esas vidas que se dan de repente; ya viviendo en cana no. Pero yo conozco viejos y conversan esto y esto y esto y esto. Conversan cosas bonitas. Tienen cualquier sentimiento los ladrones. Yo pienso que tienen más sentimientos que alguna gente de afuera.
DC: Yo también pienso lo mismo.
E: Que la gente de afuera de repente les cuesta mucho también. Les cuesta mucho. Trabajan mucho. También de repente por eso mismo no, de repente por ser usted va a una parte donde hay gente que trabaja, oye sabís necesito esto. No. Pero si usted va a una parte donde haya una persona que sea ladrona, necesito esto, ¡sí yo puedo ayudarte! ¡No, yo puedo ayudarte! Tranquilo. Si, a los mismos niños pa' la pascua claro. De repente su regalo, unos zapatitos. La otra vez cuando llevé a mi compañero a mi casa, la mamita de los cabros chicos fuma (pasta) base y el papá igual. Y era pascua y los niños no tenían ropita... por ahí conversó y trajo ropita y los trajo pa' la casa y les dimos un regalito. Abrieron los regalos y dijeron ¡ropita nueva y un juguete! Quedaron contentos. La señora se puso a llorar y ahora ya no fuma más encima. De esa vez que no fuma.
DC: ¡De esa vez!
E: Ta dejando de fumar. Eso no se deja de un día pa' otro. Pero de a poco lo está dejando. Ahora no está fumando. Ahora los cabros tienen su casa bonita. Le compran ropa a los niños. Salen a pedir eso sí, pero tiene su casa bien bonita.

Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Nosotros na' que ver con este cahuín



Nosotros somos chilenos, de Ñuñoa, vamos al Apumanque, paseamos por Vitacura, tenemos amigos en Peñalolén, comemos charquicán con merquén, nos bañamos en Cachagua, hacemos pichí dentro de la taza y somos cototos. Tenemos amigos en Santa María de Manquehue, no nos gusta el Colo Colo, pero invertimos en acciones, llegamos en avión a Pudahuel, bajamos por Huechuraba, tenemos un terrenito en Curacaví y un tío en Pitrufquén.

Na que ver en este cahuín de los mapuche!

viernes, 24 de septiembre de 2010

White Collar Thief

Artículo publicado en Qué Pasa

Médicos sin control: Los dueños de la Salud Pública en Chile


Faltando 25 minutos para las 10:00 del 29 de diciembre de 2009, el doctor Rubén Fontalva se acercó a la pequeña mesa apostada afuera de la secretaría del servicio de medicina del Hospital San Borja Arriarán. Abrió la carpeta que estaba sobre ella, sacó un lápiz, miró la hora en su muñeca y firmó. Luego hojeó las páginas de registro de entrada y salida de días anteriores. Rellenó una, después otra y las dos siguientes. Cerró la carpeta, guardó el lápiz y entró a conversar unos minutos con el jefe de servicio. Además de firmar asistencia de cuatro días en menos de un minuto, la hora que anotó en la página -8:30- y que presenciamos aquel día no corresponde a lo que marcaba el reloj: 9:35.

Ese martes, como todos los de 2009, el doctor Fontalva tenía que estar desde las 8:30 en el Policlínico de Nefrología. Su agenda indica que los lunes, martes y jueves debe atender pacientes con consultas programadas hasta las 10:30. Pero ese martes empezó su trabajo con una hora y media de retraso. La sala de espera, como siempre, estaba llena desde antes de las 8:00: había alrededor de 30 personas que esperaban su turno, incluso de pie.

No sólo Fontalva empezó a atender con atraso a los pacientes con hora solicitada con meses de antelación. Antes que él, ya habían pasado por el registro de ingreso otros 15 médicos. Cuatro lo hicieron antes de las 8:00. Los demás fueron firmando a medida que llegaban. Sólo uno de ellos marcó la hora que realmente indicaba el reloj: el doctor Carlos Peña.

Pudimos constatar en terreno que esa misma conducta se repite cada día. Tanto ahí como en cualquier otro hospital del país.

A través de la Ley de Transparencia, obtuvimos la copia de los libros de asistencia de 2009 de cinco de los principales hospitales de Santiago. Uno de ellos es el San Borja. Los otros son el Barros Luco, Félix Bulnes, Salvador y Sótero del Río (Ver mapa página 23 ). Entre los cinco suman 3.141 camas, una dotación aproximada de 2.000 médicos y casi 67 mil pacientes en lista de espera para consultas de especialidad o cirugías electivas. Su población beneficiaria supera los 4 millones de personas -más del 23% del total nacional-, que corresponden al sector más vulnerable del país.

Las fotocopias de los libros a las que tuvimos acceso son un montón de páginas con firmas desordenadas y nombres y horas en muchos casos ilegibles. Los pedimos en agosto del 2009. Después de meses revisándolas y procesándolas, logramos identificar a los doctores que los firman. Luego cruzamos los datos con los contratos que tienen con sus respectivos establecimientos, los horarios que deben cumplir en los policlínicos y en sus consultas privadas, y verificamos en terreno cómo funcionan los mecanismos de control de los doctores en los hospitales.

El resultado de casi un año de investigación da cuenta de que, a diferencia de todos los demás funcionarios de la salud pública, los médicos son los únicos que carecen de control y fiscalización. Nadie garantiza que efectivamente atiendan a la población más pobre de la capital.


Muchos médicos omiten sus horas de salida. Imposible saber si los días que firman cumplen o no con su jornada. Otros desaparecen durante semanas o meses de los registros sin que quede justificación. Algunos aprovechan de firmar semanas completas en un solo día. O marcan las horas que les exige el contrato, pero no las que indica realmente el reloj. Y no son pocos los que se escapan a atender pacientes en sus consultas particulares o clínicas privadas. En muchos casos, frente a la mirada indiferente del jefe de servicio, el encargado de fiscalizar que eso no suceda. De todo ello fuimos testigos.

Siete meses después de que comenzáramos esta investigación, la Contraloría General de la República publicó un informe que detectó varias irregularidades en una inspección a 13 centros asistenciales del país. La auditoría confirmó otro hecho anómalo, que ya habíamos constatado: varios médicos usan la infraestructura de los hospitales y su horario funcionario para atender pacientes privados. Y corroboró que no cumplen con las jornadas estipuladas en sus contratos, que no registran su ingreso o salida de los establecimientos y que, debido a esta misma falta de control, se pierde el rastro de algunos pacientes cuando, debido a la falta de camas, los derivan a unidades distintas sin dejar registro.

Pero hay algo que no dice el documento: las mismas irregularidades aparecieron hace ocho años en una inspección hecha por la Contraloría a 16 hospitales. Lo mismo se repitió en nuevas inspecciones del organismo contralor en los últimos años.

Sin embargo, a pesar de los compromisos de las autoridades del sector por corregir las fallas del sistema, todo sigue igual.

La cultura del sistema

La mañana del jueves 4 de febrero, Jorge Núñez no fue a trabajar. Este chofer de buses del Transantiago tenía control a las 10:00 con el doctor Sergio Loyola en el Hospital Félix Bulnes. Por eso pidió cambio de turno: pensó que a las 12:30 ya debería estar de vuelta en su empleo. Pero al mediodía llamó a la empresa para decir que se atrasaría: el doctor no había llegado y no sabía hasta qué hora tendría que esperarlo.

Era su segundo control con el doctor Loyola, después de que llegara en enero de 2009 aquejado de un infarto. El primer control tuvo lugar una semana después del alta. No logró que le dieran una hora para su segundo control hasta un año después. Pero, el 25 de enero de este año, el doctor Loyola no llegó y Jorge tuvo que volver al trabajo después de haber perdido toda la mañana en la sala de espera. No le dieron explicación a él ni a ninguno de los demás pacientes que aguardaban. Así que pidió una nueva hora. Se la dieron para ese jueves 4 de febrero. A pesar de que el horario que el doctor Loyola debía cumplir ese día en el policlínico era desde las 10:30 a las 13:00, no apareció por ahí hasta las 12:55. Jorge Núñez llevaba tres horas esperando. El plantón lo obligó a hacer el turno de noche en su trabajo, el mismo que desde que tuvo el infarto evitaba. Al doctor no le pasaría nada.


Aunque la escena tiene nombres y apellidos, lo que ocurrió en el Hospital Félix Bulnes pudo haber sucedido en cualquier otro centro asistencial. Las salas de espera se llenan con pacientes que han insistido durante semanas o meses por una consulta. Y como no quieren correr el riesgo de perder su turno, incluso llegan antes de la hora. Muchas veces, desde sectores alejados y sin locomoción. Pero los doctores no llegan a la hora, y en muchas ocasiones no cumplen con la agenda. O si lo hacen, examinan a la rápida. Nadie los sanciona.

En los departamentos de recursos humanos de los hospitales que investigamos, los funcionarios aseguran que no tienen ninguna atribución para fiscalizar a los doctores y que el único que puede hacerlo es el jefe del servicio clínico. Pero lo cierto es que la regulación y control al estamento médico es prácticamente nulo.

Según un estudio de la Subsecretaría de Redes Asistenciales en conjunto con el Banco Mundial, actualmente en el país hay un médico por cada 559 habitantes, y el sistema público tiene un déficit de especialistas que alcanza al 40%. Eso, sumado a una deuda hospitalaria que según datos del Fondo Nacional de Salud (Fonasa), a julio de este año era de $106.591 millones (de la cual el 41,9% corresponde a los servicios de salud metropolitanos), ha transformado a la falta de doctores y de recursos en el eje de la discusión sobre la crítica situación de la salud.

Aunque todo eso es cierto, gran parte del problema tiene que ver con la gestión de un sistema que, más que en función de los pacientes, ha sido estructurado por y para los médicos.

-Ésa es la cultura dentro del sistema: los médicos mandan en todo. Tienen la sartén por el mango y hay que tener mucho cuidado cuando uno intenta enfrentárseles. Contra eso no se puede hacer nada. Son los “diostores” y la administración hace todo para su comodidad-, dice un alto funcionario de la Subsecretaría de Salud que prefiere mantener su nombre en reserva.

Vea el Mapa de la salud pública capitalina, aquí

El mundo especial de los doctores

Hace un tiempo, al doctor Marco Antonio Chahuán, el único especialista broncopulmonar del Hospital San Borja Arriarán, le reclamaron por el no cumplimiento de sus horarios. En sus registros de asistencia, durante todo 2009, Chahuán aparece con una jornada de lunes a viernes de 8:00 a 14:00 horas. Todo bien, si se considera que tiene un contrato por 22 horas semanales, más 11 dedicadas a la docencia en la Universidad de Chile.

Lo extraño surge cuando se hace el cruce con los horarios que cumple por las tardes en la Clínica Tabancura. El lunes empieza a las 13:00, una hora antes de su salida del hospital, mientras que los miércoles y jueves lo hace a las 14:00. Es decir, al mismo tiempo que el doctor anota su salida del hospital en Santa Rosa con Avenida Matta, comienza su jornada en una clínica privada, distante a más de 8,5 kilómetros.


-Ha sido muy complicado. El trabajo de Chahuán es excelente. Conversé una vez con él la distorsión de su horario, pero son cosas que se dejan pasar. No nos podemos dar el lujo de perder a un especialista como él. No tendríamos cómo conseguir otros así-, explica el doctor Félix Muñoz, ex jefe del servicio de medicina del San Borja.

Situaciones como ésta ocurren en todos los hospitales: muchos doctores dejan de cumplir sus jornadas para irse a atender pacientes particulares.

La doctora María Eugenia Álvarez, reumatóloga del mismo establecimiento, aparece con un contrato de 11 horas semanales. En el libro de asistencia de 2009, entre el 1 de enero y el 19 de octubre marcó presencia en 117 oportunidades y en sólo 30 anotó la hora de salida. Según los registros, atendió pacientes los lunes, martes, miércoles y viernes. Generalmente, ingresó a las 8:00 y -considerando los días que sí marcó jornada completa- se retiró a las 13:00, a excepción de los lunes, que marcó como hora de egreso las 14:30. Si se comparan sus horarios con los que cumple en la Clínica Vespucio, todo está en regla. Pero en Dipreca también aparecía ingresando los lunes, miércoles y viernes a la misma hora en que se retiraba del hospital; mientras que los martes lo hacía a las 11:30, tres horas antes de la salida que registra el libro de asistencia del San Borja.

En nuestra investigación constatamos que en el Hospital del Salvador hay médicos que llegan a firmar y luego se van a sus consultas particulares. En el Félix Bulnes, hay varios cuyos horarios se superponen con los que deben cumplir en sus consultas particulares. Lo mismo pasa en el Sótero del Río, en el Barros Luco y en muchos otros hospitales del país.

Aunque los funcionarios lo saben, callan. Así funciona el sistema. Una enfermera de uno de los hospitales investigados cuenta que cuando un médico no está en el policlínico y los pacientes que lo esperan preguntan, deben decir que “está realizando visita en la sala de hospitalizados”. A juicio de un alto funcionario del Ministerio de Salud, eso se explica porque “el personal de los hospitales les rinde pleitesía a los médicos”.

-El doctor es el que manda. Y el jefe del servicio médico es un dios, respetado por todos. No es el jefe, sino la autoridad. Por eso el médico tiene una especie de mundo especial-, agrega.

Aunque los doctores siempre han sido los reyes del sistema de salud, su diseño se ha ido modificando en su beneficio desde hace al menos tres décadas.

Actualmente están regidos por dos leyes, hechas completamente a su medida. La primera es la Ley 15.076- , algo así como la norma madre para el estamento médico. En ella se establece, entre otras cosas, que para acceder a un cargo titular en el sector estatal el concurso puede ser público o interno. También que sus sueldos aumentarán cada tres años por el solo hecho de permanecer en el servicio y que gozan de distintas asignaciones, lo que, según la escala de sueldos vigente, significa que en el primer año un profesional puede llegar a ganar poco más de un millón de pesos. Pero ahora esta norma sólo regula a los profesionales con contratos de 28 horas: los que cumplen turnos de urgencia.

Para los demás, con contratos de 11, 22, 33 ó 44 horas semanales, existe la Ley 19.664 , que flexibiliza la relación de la institución con el médico, dándoles mayor poder de decisión a los directores de hospitales o de servicio en cuanto al número de especialistas necesario por establecimiento, el monto de pagos por estímulo y posibilidades para que los médicos distribuyan sus jornadas entre la salud estatal y la privada, donde sus ingresos pueden multiplicarse por tres.

Para evitar la fuga masiva al sector privado, los contratos del sector público se han estructurado de tal manera que no sean excluyentes entre sí. Según el estudio de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, el 24,8% de los doctores del sector público se rige por las dos leyes, al tener simultáneamente contratos de 22 y 28 horas, por lo que reciben dos sueldos. Pero a pesar de que hay dos marcos legales que regulan la actividad, los médicos gozan de total libertad.

Los privilegiados


Poco antes de las ocho de la mañana, al mismo tiempo que las salas de espera se van llenando de pacientes, en los hospitales hay puntos donde los funcionarios se aglomeran. Las filas se forman frente a la máquina en la que deben poner su dedo y marcar in o out. Es el control biométrico, el sistema de registro de asistencia digital al que deben someterse todos los auxiliares, técnicos paramédicos, enfermeras y personal administrativo de los recintos asistenciales. La información viaja directamente a una base de datos que maneja el Departamento de Recursos Humanos de cada hospital. Pero los médicos, en su gran mayoría, no aparecen por esos sectores.

Para el estamento más alto del sistema de salud, el control aún se hace a mano en libros o carpetas. Pero que nadie revisa. Desde hace años los informes de Contraloría indican que el mecanismo es vulnerado. Hace casi una década se intentó iniciar un control de asistencia más uniforme para todos los funcionarios de los hospitales. El ministro de Salud de este gobierno, Jaime Mañalich, intentó hacer lo mismo en julio de este año. Afirmó que el sistema actual “no tiene la rigurosidad de un sistema de marcado de tarjeta o huella digital” y se reunió con los directores de los Servicios de Salud para concordar un mecanismo que regule el control de los horarios que cumplen los doctores. Pero el rechazo ha venido desde el mismo Colegio Médico.

-El gremio de los doctores tiene mucha influencia. Los médicos no soportan que se les controle. Creo que no van a aceptar ser fiscalizados, al igual que el resto de los funcionarios-, dice el doctor José Luis Contreras, ex director del Hospital San José.

Los dichos de Contreras son ratificados por funcionarios de los hospitales que investigamos, quienes aseguran que varios directores de establecimientos han sido destituidos por intentar instaurar un control para los doctores. Para el doctor Félix Muñoz, ex jefe del servicio de medicina del Hospital San Borja, someterse al control biométrico “es como perder ciertos derechos adquiridos”.

Esos derechos se traducen en beneficios que marcan jerarquía y los distancian de cualquier otro estamento del personal.

-Cuando un funcionario llega tarde o no aparece en el hospital, hay sanciones. Se les suman las horas no trabajadas y se les descuentan del sueldo. También se les hacen anotaciones en sus hojas de vida, disminuyendo las calificaciones que evalúa un comité calificador. Pero en el caso de los médicos, no pasa nada. Nadie fiscaliza que lleguen a la hora, que cumplan su horario ni que firmen el libro cuando corresponde-, cuenta un ex jefe de personal de uno de los hospitales que investigamos.

En el Ministerio de Salud reconocen que eso ocurre porque los doctores “están considerados como un segmento aparte”: los jefes de servicio prefieren darle todas las comodidades antes de que el especialista se enoje y se vaya. Y esa flexibilidad se traduce incluso en contratos que, “por derecho”, se siguen pagando, a pesar de no cumplirse.

El caso del doctor Antonio Raffo es algo común. Es jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital Sótero del Río, y desde el primero de enero de 1998 tiene un contrato de planta por 28 horas. A eso se suma el otro convenio con el que figura en la dotación médica del complejo asistencial vigente al 30 de septiembre de 2009: un vínculo a contrata con el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente (SSMSO) -del cual depende el hospital- por 33 horas a la semana durante todo 2009.

Según la Ley 15.076, ambos convenios son incompatibles, ya que los cargos de 28 horas pueden ser simultáneos “sólo con jornadas de un máximo de 22 horas semanales”. Aun así, ambos fueron renovados por todo 2010. Pero no es que haya algo extraño. El mismo cuerpo legal hace una excepción que les otorga a los doctores un beneficio que no corre para ningún otro miembro de las dotaciones funcionarias de los hospitales.

La Ley 15.076, en su artículo 44, dice que todos los profesionales que cumplan 20 años en cargos de servicios de guardia nocturna y días festivos, quedan “exentos de la obligación de prestar dichos servicios y conservarán los derechos que esas funciones les conferían, cualquiera que fuere el cargo que actualmente desempeñan o pasen a desempeñar en el futuro estos profesionales funcionarios”.

Eso significa que al cumplirse ese plazo, los doctores seguirán recibiendo el sueldo y los beneficios que tenían como encargados de turnos de urgencia, pero quedan libres de realizarlos.

En las unidades de recursos humanos de los hospitales, cuentan que el jefe de servicio es quien decide cómo se arman los equipos médicos, cómo se distribuyen las horas e incluso cuánto se paga, y que muchas veces lo hacen de manera informal, sin papeles de por medio ni registros de los trabajos realizados.

-Ni siquiera se cuestionan sobre los recursos disponibles y no se dan cuenta de que a veces esos acuerdos no son realizables. Entonces, uno ni se entera hasta que, a fin de mes, llegan a cobrar. Pero uno tiene que pagar nomás. Si le digo al jefe de servicio que a cierto doctor no le voy a pagar porque no ha ido o porque llega tarde, que en el caso de otro funcionario significaría sanción, me mandan a la cresta. Vaya o no vaya, al médico se le paga igual. No hay nada que hacer-, cuenta un jefe del área de personal de uno de los hospitales investigados.

No hay control posible. Así lo demuestran los contratos de la doctora Soledad Hidalgo, endocrinóloga del Hospital San Borja. El primero data de 1999, como doctora titular (indefinido) por 33 horas. Pero durante 2009 sumó un nuevo cargo por 22 horas. En suma, los convenios que tenía con el Servicio de Salud Metropolitano Central (SSMC) la habrían obligado a cumplir 55 horas semanales, algo así como 11 horas diarias cinco días a la semana. Además de ser un convenio ilegal, según lo que registra en el libro de asistencia sólo cumplía el de 22 horas. Y es imposible que haya cumplido el otro: en las tardes atiende a sus pacientes privados en las clínicas Avansalud o Las Condes.

Cuando ya no queda nadie


Poco antes de las 17:00, Rubén sube la escalera del Centro de Diagnóstico y Tratamiento del Hospital San Borja. En los pasillos se ve muy poca gente. En los hospitales de Santiago a partir de las 13:00 la aglomeración de gente de las mañanas empieza a desaparecer. Para las 15:00, ya casi no hay nadie. Son muy pocos los doctores que atienden pacientes después de las 14:00, aunque formalmente los policlínicos funcionan hasta las 17:00. Ese jueves 26 de agosto no era la excepción. Un guardia se le acerca. Le dice que ya no se atiende público.

-Voy a Cardiología. Me dijeron que me harían un examen en la tarde-, dice Rubén.

El guardia lo deja pasar. En el mesón de cardiología hay dos mujeres sentadas.

Rubén acaba de ir al médico por problemas respiratorios. El doctor le ha dado una orden para realizarse un test de esfuerzo, examen cardiológico que permite analizar la respuesta cardiovascular ante un esfuerzo físico progresivo y estandarizado. Rubén no tiene dinero para realizárselo de forma particular y en el hospital, por la alta demanda, le han dicho que recién en tres meses más se lo podrían practicar. Pero lo necesita. Debido a las listas de espera, es común que un paciente llegue a la consulta con el médico sin los exámenes solicitados porque no le han dado hora.

Durante las esperas, Rubén escuchó que el doctor Mario Alfaro, con contratos de 22 y 28 horas en el San Borja, realizaba el examen cardiológico que necesitaba en el mismo hospital durante las tardes. Rubén se aproxima al mesón y les cuenta su problema a las dos mujeres. Una de ellas le pregunta si tiene la orden médica para el examen. Rubén asiente. Ella le dice que sí puede ayudarlo. Le explica que es la secretaria del doctor Mario Alfaro y que él podría realizárselo. Pero no ese día. Antes tiene que comprar un bono Fonasa dando el RUT del médico y el número 17-01-003. Una vez hecho eso, tiene que llamarla y ella le avisará qué días por las tardes estará el doctor. Que no se preocupe, porque en no más de dos o tres días el examen estará listo.

Ciper siguió paso a paso la escena. Y constató que el doctor Alfaro utiliza las instalaciones del hospital para atender consultas privadas. Para ello, sus secretarias piden un bono Fonasa a nombre de Alfaro, que al paciente le cuesta alrededor de $20.000, y él se queda con ambas copias. Según los funcionarios del hospital, hace por lo menos dos años que el médico utiliza ese procedimiento.

Un día con el doctor

Un par de niños juega entre los asientos de la sala de espera del Policlínico de Nefrología del Hospital San Borja Arriarán. Sus madres esperan desde poco antes de las 8:00 que aparezca el doctor Rubén Fontalva. Son las 8:40 del jueves 26 de agosto del 2010, y desde hace 10 minutos el doctor debería estar atendiendo pacientes. Pero aún no llega. Fontalva es el mismo nefrólogo que el 29 de diciembre del año pasado llegó tarde, anotó una hora que no correspondía y firmó, en menos de un minuto, cuatro días en el libro de asistencia (Ver página 22). Ahora, en agosto de 2010, recién a las 10:20 aparece por el policlínico. Ocho minutos después llama al primer paciente. En siete lo despacha. Entonces sale del box y se pierde en el pasillo. A las 10:46 hace pasar al segundo paciente.Mientras, uno de los que esperan se impacienta. Sergio Deischler viene a control cada seis meses y su cita era a las 9:30, pero aún no lo atienden. Tiene prisa. Como todas las semanas desde hace cuatro años, su sesión de cuatro horas de diálisis en un centro de Ñuñoa comienza a las 11:00. Es lo que él llama, su “largo jueves de AUGE”. Y hoy, como cada vez, se hace más largo de lo normal. A las 11:08 le dicen a Sergio que es su turno. Fontalva lo recibe, lo hace pasar al box Nº2 y le dice que lo espere, que en un minuto vuelve. El doctor sale y se pasea por el pasillo y la sala de espera. Conversa con un colega. Abraza a una paramédica. Habla y bromea por celular. Demora, en total, 22 minutos. Después vuelve al box y le da una rápida disculpa a Sergio. Luego le pide los exámenes y les echa una ojeada. Al mismo tiempo le pregunta si se siente bien, si tiene alguna molestia y si le quedan medicamentos. Le hace una receta, le dice que en seis meses más se verán y se despide. Son las 11:37 y Sergio se va enojado a pedir hora para la próxima consulta. Ya no llegó a su sesión de diálisis. Fontalva sale del box, cierra la puerta y se dirige al mesón de la recepción. Su horario de policlínico de los jueves termina a las 12:30. Para eso falta una hora. Pero le dice, en voz baja, a una de las secretarias que debe marcharse y que los pacientes que quedan sean agendados para una próxima consulta. Y el doctor se va. En la tarde, Fontalva atiende en la clínica Indisa entre las 14:00 y las 20:00. El jueves 26 de agosto, a las 14:03 ingresa su primer paciente. 14 minutos después pasa el siguiente. Aquí las consultas tienen otro ritmo: para las 14:30 ya atendió a tres pacientes, los mismos que revisó en toda la mañana en el hospital. Con cada uno se toma el cuarto de hora estipulado en la agenda. Después de ver a un cuarto, baja a comer algo a la cafetería. A las 15:00 ya está de vuelta y nueve minutos después atiende al quinto. A las 15:27 pasó el sexto. A las 15:42 ingresa otro. Para las 16:30 ya ha atendido a 10, la mitad de los que tiene en agenda para la tarde. El ritmo no cambiará. A las 19:15 Fontalva sale de su oficina, cierra la puerta y camina por el pasillo de la clínica al tiempo que se saca la bata. Se acaba su jornada. Ya atendió a los 20 pacientes que tenían hora con él.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ambiente educacional en pregrado

Siempre es importante cerrar los procesos de manera que los que vienen puedan continuarlos. Hace algunos años comenzamos a trabajar el tema del ambiente educacional en pregrado con la Asociación de Estudiantes de Medicina de Chile (ASEMECh). Sabíamos que las cosas no andaban muy bien en algunas escuelas de medicina, pero no sabíamos cuánto ni por qué. Entusiasmados por darle respuesta a estas interrogantes comenzamos una investigación que finalmente llegó a publicarse en la revista más prestigiosa de medicina de Chile.

Dejo el testimonio aquí, sin duda un importante logro de los estudiantes de medicina de Chile.

sábado, 7 de agosto de 2010

Cobertura efectiva

Terminó una intensa semana del diplomado de evaluaciones económicas en salud, todos los que estuvimos ahí podemos decir que fue una experiencia muy interesante. Durante el verano tuve la oportunidad de realizar un curso de economía de la salud (The economics of health and health policy) en EE.UU y este programa fue una muy buena oportunidad para poder darle continuidad a ese aprendizaje.

Entre los temas que más me hicieron sentido se encuentra el de la cobertura efectiva. Este concepto básicamente se refiere a las barreras de acceso que impiden a los individuos hacer un uso efectivo de un servicio de salud o prestación social. Ya en 1971 Julian Tudor Hart describió la ley de los cuidados inversos estableciendo que "La disponibilidad de una buena atención médica tiende a variar inversamente a la necesidad de la población asistida, esto se cumple más intensamente donde la atención médica está más expuesta a las fuerzas del mercado, y menos donde la exposición esté reducida". En Chile la ley de cuidados inversos se cumple claramente, no es raro observar en los centros de atención primaria municipal grandes necesidades en salud asociados a escasos recursos para su atención.

Un día cualquiera en un centro de salud municipal a las 10:00 de la mañana.

Me he llevado la grata sorpresa de encontrar en la página de la Subsecretaria de Determinantes Sociales de la salud un propuesta de rediseño de programas de salud basados en el concepto de cobertura efectiva. Los programas a evaluar son el de salud cardiovascular, salud de los/as trabajadores/as, Marea roja, Salud Bucal, Salud de los/as niños/as y salud de la mujer. Aún no están las propuestas, pero está este documento bastante instructivo sobre el proceso a desarrollar.

Asimismo la Organización Mundial de la Salud ha elaborado un completo documento sobre el tema llamado "Equity, Social Determinants and Public Health Programmes". Vale la pena revisarlo.

domingo, 1 de agosto de 2010

Presentación de artículo 2 - 1er año Medicina Familiar UdeC

Esta vez le tocó presentar a la Dra. Tania Ceballos quien escogió el artículo "Relación entre perímetro abdominal, nivel socioeconómico y presión arterial" publicado este año en la Revista Chilena de Cardiología y realizado por académicos de la Universidad de Concepción. Los autores proponen que la mayor prevalencia de obesidad en personas de menor nivel socioeconómico explica la mayor prevalencia de hipertensión en este grupo. Es un estudio interesante que da pie para investigar río arriba las causas fundamentales del problema.

Posterior a la exposición se realizó un debate sobre lo complejo del problema de la obesidad en los estratos más bajos, los costos financieros de la alimentación saludable, su relación con la norma social ("gordito sanito") y su transmisión familiar. Además pudimos compartir distintas formas de abordaje al problema y concordar la necesidad de estrategias innovadoras que permitan un enfoque más integral y multinivel.

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martes, 27 de julio de 2010

Prevención de la enfermedad renal crónica


Este año incorporaron en el GES la flamante guía de prevención secundaria de la enfermedad renal crónica, como toda intervención médica orientada a prevenir tiene cierta arrogancia (agresivamente asertiva, presuntuosa y soberbia).

Si bien creo que ha logrado algo importante, visibilizar el riñón y poner de cabeza a los médicos generales a buscar la enfermedad renal crónica, hay aspectos de la guía que me resultan confusos y creo que falta aclarar.

Lo primero es la historia natural de la enfermedad, sobretodo en etapas precoces. Si consideramos la información obtenida en la Encuesta Nacional de Salud del 2003 un 5,7% de la población está en etapa 3 de la enfermedad renal crónica (VFG 30-59), le sigue la etapa 4 (VFG 15-29) donde se observa una drástica caída de la prevalencia a un 0,2%. Con sólo estos datos podemos intuir que el riesgo de progresión de la ERC es bajo, de hecho un reciente meta-análisis lo confirma concluyendo que sólo un 4% de los pacientes presentará Insuficiencia renal crónica terminal en 10 años y menos del 20% progresará los siguientes 5 años. En el mismo estudio afirman algo que todos sabemos, el mayor riesgo que tienen los pacientes con ERC etapa 3 es sufrir enfermedadades cardiovasculares e incluso morir a causa de ellas.

¿Nefroprevenimos o Cardioprevenimos?

Definitivamente ambos, de hecho la guía está orientada casi exclusivamente a esto. Los principales factores de progresión, morbilidad y mortalidad son extremadamente similares en los dos casos (DM2, HTA y Dislipidemia). Una estrategia de prevención secundaria de enfermedad renal crónica hace más sentido en Atención Primaria cuando se incorpora a los programas de salud cardiovascular. En el libro Atención Primaria de Martín Zurro se recomienda que "antes de elaborar una guía de práctica clínica (GPC) debe plantearse la posibilidad de adaptar una ya elaborada". ¿Por qué no "nefroprevenir" a través de las guías de DM2 e HTA? Lamentablemente las GPC se elaboran desde la fragmentación propia de las especialidades y en el camino a su aplicación aumenta la burocracia y disminuye la integralidad de la atención. No quiero resultar excesivamente crítico, detrás de esta guía existe muy buena voluntad de ciertos especialistas, pero creo faltó la integración de otros profesionales, sobretodo médicos de atención primaria en su elaboración (¡Es a ellos a quienes está orientada la guía!).

Prevención, la perspectiva Roseana

Tal como dice Rose en el artículo "Individuos enfermos y poblaciones enfermas" una estrategia de prevención orientada a los individuos de alto riesgo tiene ventajas y desventajas, su mayor desventaja es que resulta paliativa y provisoria, no radical. Si buscamos río arriba y nos orientamos a "las causas de las causas" probablemente nos demos cuenta que los factores más determinantes de la Enfermedad Renal sean los mismos que explican las escandalosas diferencias en la prevalencia de enfermedades crónicas según nivel socioeconómico en Chile.

¿Hay una guía de práctica clínica contra la desigualdad?

Prevalencia de Clearence de creatinina menor a 30 ml/min>

sábado, 24 de julio de 2010

Presentación de artículo - 1er año Medicina Familiar UdeC

Todos los viernes realizamos una presentación de artículos en el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Concepción. Esta semana me tocó a mí y elegí "Individuos enfermos y poblaciones enfermas" del epidemiólogo Geoffrey Rose. Creo que este es un artículo fundamental para comenzar a aproximarse a esa interfase entre la atención primaria y salud pública llamada salud comunitaria.


miércoles, 21 de julio de 2010

La arrogancia de la medicina preventiva

Artículo publicado por David Sackett
CMAJ; 167 (4) august 20:363-364

La medicina preventiva presenta los tres elementos de la arrogancia. El primero es que es agresivamente asertiva, persiguiendo a las personas sin síntomas y diciéndoles lo que tienen que hacer para permanecer sanos. En ocasiones, y apoyándose en el valor de la ley (vacunas, cinturones de seguridad), prohíbe y prescribe a los pacientes y al publico en general de cualquier edad y condición. Segundo, la medicina preventiva es presuntuosa, confiada en que las intervenciones que adoptara, en promedio, harán mas bien que daño a aquellos que aceptan seguirlas. Finamente, la medicina preventiva es soberbia, arremetiendo contra los que cuestionan el valor de sus recomendaciones.

Aunque se puede hacer estas mismas acusaciones en contra de la medicina "curativa", la que se da a los pacientes con síntomas que buscan atención medica, las dos disciplinas son absoluta y fundamentalmente diferentes en sus obligaciones y en las promesas implícitas que dan a los individuos cuyas vidas modifican. Cuando los pacientes me buscan para ayudarles con su enfermedad sintomática y establecida, yo solo les prometo hacer lo mejor y nunca les garantizo que mis intervenciones les harán sentirse mejor. Aunque muchas de mis intervenciones han sido validadas en ensayos clínicos aleatorizados1 , la necesidad de intervenir en enfermedades de desarrollo rápido o que hacen peligrar la vida me fuerzan a usar tratamientos solo justificados por la experiencia previa, el consejo de expertos, o en principios básicos de fisiología y farmacología.

Pero, con seguridad, la promesa fundamental que hacemos cuando solicitamos y exhortamos a los individuos a aceptar las intervenciones preventivas debe ser que, en promedio, ellos estarán mejor al adoptar estas medidas.2 . Como consecuencia la presunción que justifica la agresiva asertividad con la cual vamos tras los sanos ingenuos, debe estar basada en el mayor nivel de evidencia, hay que estar seguros que nuestra maniobra preventiva, de hecho, hace mas bien que daño. Sin evidencia proveniente de ensayos clínicos aleatorizados positivos ( y mejor aun revisiones sistemáticas de ensayos clínicos aleatorizados) no esta justificado solicitar a los sanos que acepten ninguna intervención sanitaria . Hay demasiados ejemplos de la desastrosa inadecuación de evidencias débiles como base de intervenciones individuales entre los sanos: oxigeno suplementario para sanos prematuros (que causa fibroplasia retrolental),niños sanos durmiendo boca abajo (causa muerte súbita), irradiación del timo en niños sanos, y la lista continua.

A esta triste lista debemos añadir ahora los estrógenos más progesterona administradas a mujeres sanas bajo la presunción de que las protegerán de las enfermedades cardiovasculares. El ensayo clínico aleatorizado del Women's Health Initiative, como se comunica en el número del 17 de julio de la revista JAMA,3 se detuvo cuando quedo claro que el riego de enfermedades cardiovasculares de las mujeres participantes aumento, en lugar de descender en el grupo de tratamiento activo. Este daño comenzó a desarrollarse tempranamente después de la aleatorización, y después de un seguimiento de 5,2 años de media el ensayo se detuvo por el daño que producía.
En términos humanos, las 8506 mujeres tratadas con estrógenos más progesterona tenían 40 eventos coronarios más, 40 ictus más, 80 episodios más de tromboembolismo venoso y 40 cáncer de mama invasivo más que las 8102 mujeres asignadas al placebo. Dada la frecuencia de prescripción de este tratamiento a las mujeres postmenopausicas en todo el mundo, cientos de miles de mujeres sanas han sido perjudicadas.

Como en otros desastres hay héroes y villanos en esta historia. En primer lugar entre los héroes están de forma compartida cada una de las 16.608 mujeres que dieron su consentimiento para colaborar en el ensayo clínico de la Women's Health, especialmente las que participaron en el grupo de estrógenos más progesterona.
Después los investigadores, colaboradores clínicos y los miembros del comité de seguridad y monitorización de este ensayo clínico, seguidos muy de cerca por los revisores y miembros del US National Heart, Lung, and Blood Institute que se ocuparon de que un ensayo riguroso y financiado adecuadamente, fuera diseñado, ejecutado y detenido cuando la repuesta al estudio estuvo clara (El Canadian Institutes of HealthResearch, puede tomar nota).
¿Y los villanos? ¿ Quien es el culpable de la generalizada aplicación de esta y otras dañinas intervenciones "preventivas" que causan incapacidad y muertes prematuras? Sugiero que no gastemos el tiempo culpando a los fabricantes de medicamentos y artilugios "preventivos" , ellos persiguen el beneficio, no la salud, y cualquiera que busque en sus anuncios de televisión o de los periódicos, orientación sanitaria, casi indiscutiblemente merece cualquier daño que le suceda (según el New York Times4 la compañía fabricante del producto ha enviado ya 500 000 cartas tipo "Dear Doctor" resaltando los beneficios sintomáticos de su combinación hormonal). No sugiero tampoco, que debamos culpar a los pacientes "demandantes" que insisten en recibir intervenciones preventivas falsas o de eficacia desconocida, ellos lo están haciendo sencillamente para mejorar sus vidas, aunque sea sin "evidencia".

Yo echo la culpa a los "expertos" médicos, a todos aquellos que, para sacar beneficios privados (por su afiliación a la industria ), para satisfacer una narcisista necesidad de reconocimiento publico o en un descaminado intento de hacer el bien, abogan por maniobras "preventivas" que nunca han sido validadas en ensayos clínicos aleatorizados rigurosos. No solo abusan de su posición, apoyando sin pruebas, maniobras "preventivas", también ahogan la disidencia.

Otros, deberían saber mejor que promocionar maniobras preventivas sin evidencia de ensayos clínicos, es estar simplemente en la dirección equivocada. Cuando en 1997 una revisión sistemática de 23 ensayos de terapia hormonal en postmenopausicas concluyo que este tratamiento aumentaba sustancialmente el riesgo de enfermedad cardiovascular5 la ofensiva contra sus resultados incluía el anuncio publico de un prominente editorialista que decía: "Para empezar, Yo continuare diciéndoles a mis pacientes que la terapia hormonal sustitutiva es probable que ayude a prevenir la enfermedad coronaria". 6

Los Expertos rehuyen de aprender de la historia, a no ser que la hagan ellos mismos y el precio de su arrogancia es pagada por inocentes. La medicina preventiva es demasiado importante como para dejarla en sus manos.7

Bibliografía

  1. Ellis J, Mulligan I, Rowe J, Sackett DL. Inpatient general medicine is evidence based. Lancet 1995;346:407-10.
  2. Sackett DL, Holland WW. Controversy in the detection of disease. Lancet 1975;2:357-9.
  3. Writing Group for the Women's Health Initiative Investigators. Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women. Principal results from the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA 2002;288(3):321-33.
  4. Petersen M. Company sends letter to retain hormone sales. New York Times 2002 Jul 11. Sect A:21.
  5. Hemminki E, McPherson K. Impact of postmenopausal hormone therapy on cardiovascular events and cancer: pooled data from clinical trials. BMJ 1997; 315:149-53.
  6. Naylor CD. Meta-analysis and the meta-epidemiology of clinical research. BMJ 1997;315:617-9.
  7. McPherson K. For and against: public health does not need to be led by doctors. For. BMJ 2001;322:1593-4.
Fuente original: