martes, 30 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
Ensayo 1 - Salud y sociedad
Desde los inicios de la historia de la medicina se ha descrito la importante relación entre los factores sociales y la salud de los individuos y poblaciones, incluso algunos médicos han llegado a considerar la medicina como una ciencia social (Virchow). Durante el último siglo la medicina ha sufrido transformaciones importantes secundarias al desarrollo científico y la progresiva especialización del oficio, si bien esto ha producido mejoras en la salud de la población este cambio no ha estado exento de problemas. La confianza excesiva en el modelo biomédico ha tendido a ocultar la influencia de factores económicos, sociales y culturales en la salud de las personas, la fragmentación del conocimiento ha dificultado el desarrollo de respuestas integrales satisfactorias a las necesidades de los enfermos y la perspectiva consumerista en que ha sentado sus bases la medicina industrial ha incentivado el desarrollo de intervenciones individuales a problemas ecológicos.
Durante las últimas décadas las ciencias sociales han realizado aportes para hacer frente a estos problemas. Entre estas se encuentra la sociología, ya sea como sociología de la medicina con sus estudios sobre la institución médica, el rol del enfermo y las creencias de los pacientes sobre el proceso salud-enfermedad o como sociología en la medicina a través del estudio de como los factores sociales afectan la salud y el bienestar de la población. Esta última variante muy ligada a la epidemiología social compartiendo constructos como estructura social, etnicidad, discriminación, apoyo social y capital social. Así como la sociología, también la antropología sociocultural ha realizado aportes a la práctica médica, inicialmente a través del estudio de la etnomedicina y posteriormente con el desarrollo de perspectivas críticas sobre el proceso salud-enfermedad-atención en la sociedad moderna occidental.
La necesidad de integrar las ciencias sociales con el saber biomédico resulta desafiante, más allá de adoptar la perspectiva de Virchow y considerar la medicina como una ciencia social, se requiere la adopción de abordaje transdisciplinario, entendiendo esto como “la síntesis e integración de saberes a través de la formulación de un marco teórico que reúna lo que previamente pueden haber sido puntos de vista diferentes o contrapuestos” (Albrecht, Freeman y Higginbotham). Un primer paso hacia la transdisciplina es plantear “la salud como parte constitutiva del desarrollo” (Sen), entendiendo la atención sanitaria como un medio para mantener las capacidades necesarias para el ejercicio de las libertades fundamentales. Esto que se ha llamado la tercera revolución en la salud pública apunta a promover la salud a través de cambios sociales y acciones políticas (Carta de Ottawa, 1986), un ejemplo paradigmático de esta perspectiva es la propuesta realizada por la Comisión de Determinantes Sociales de la Salud de la OMS quienes se encuentran desarrollando intervenciones, metodologías de evaluación y políticas orientadas a promover la equidad en salud.
Incluso en los tiempos actuales donde el desarrollo biomédico promete soluciones milagrosas, la salud es todavía social y requiere de una mirada transdisciplinaria que la problematice.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Despabílate amor
lunes, 15 de noviembre de 2010
Los números
Los números pueden ayudar a mirar mejor, a comprender, pero también nos embriagan, nos enturbian la vista. Tienen la capacidad de fascinarnos y hacernos creer en ellos sin pensar en su origen o en su validez. Está claro que los datos pueden ser muy relevantes y ayudarnos a dilucidar muchas cuestiones de interés.
Sin embargo, los números no siempre cuentan la verdad. Los datos también tienen limitaciones, falsean la realidad. La palabras figure (cifra) y ficticio derivan de la misma raíz latina, fingere, ¡Ten cuidado!. Si, debemos ser cautelosos. Primero, porque la utilidad y validez de las estadísticas debe valorarse, caso por caso, muy cuidadosamente. Ni las fuentes de información son necesariamente objetivas, ni el uso de los datos es siempre el más apropiado, ni su interpretación ha de ser necesariamente clara. Muy en especial los científicos saben que es posible "fabricar", "manipular" y hasta "torturar" a los datos. En segundo lugar, porque incluso cuando usamos número fiables o análisis adecuados, sólo obtenemos una visión limitada de la realidad, no de su conjunto. Las cifras homogeneizan , miden con frialdad rasgos de individuos sin rostro, reducen dramas personales muy diferentes. De hecho, no existe una manera adecuada ni completa de medir la salud, la felicidad o el dolor. Y, en tercer lugar, y aún más importante, porque los números con frecuencia distraen nuestra atención, tienden a alejarnos de la percepción psicológica del sufrimiento, el dolor, la enfermedad o la muerte. Al abstraer tendemos a ignorar la realidad, a olvidar el padecimiento humano. En ese momento hacemos cálculos en vez de sentir, valorar o juzgar. En ese instante obtenemos "muertes estadísticas". La muerte de una persona puede ser una tragedia, la muerte de miles o de millones de personas se convierte en una simple estadística. Con frecuencia necesitamos que un novelista, un poeta, un pintor, un fotógrafo o un director de cine nos describan los rostros que hay detrás de las estadísticas.
Hay pues que reconocer lo particular además de lo general: la tragedia personal de cada individuo y el drama social de las poblaciones. Conocer la sociedad donde vive el individuo, y al individuo inserto en la sociedad. Identificar a los que sólo son un "número" en las estadísticas oficiales. Conocer no sólo lo mesurable sino lo relevante, no desentenderse del sufrimiento de ningún ser humano.
Aprender a mirar la salud. Cómo la desigualdad social daña nuestra salud. Joan Benach, Carles Muntaner.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Pasta base o la droga "mata choro" - 2da parte
E: No, es que resulta que en la población llegaban a vender droga y a mí me decían que la probara, pero yo no quería. Y de repente me urgí tanto y empecé a probarla, probarla, hasta que me gustó, me gustó la marihuana, la pasta base, y de ahí empecé a robar, robar ¡pa'l puro vicio!
DC: ¿O sea tú robabas pa'l puro vicio, puro vicio?
E: Puro vicio, puro vicio.
DC: ¿Y dónde robabas? ¿Robabas en tú misma población?
E: ¡No! Salía a robar pa' fuera. Pa' otras partes, fuera de la población. Si. Ahonde tenían sí, ahonde hay plata.
DC: ¿Adónde, a barrios ricos?
E: Si, no me gustaba robarles a los pobres.
DC: ¿Y no llevabas plata para tu casa?
E: No. No. Mi mamá no me recibía plata robá.
DC: ¿No? Ya. ¿Y cómo aprendiste a robar?
E: Aprendí solo en la calle. Aprendí a chantar la mano, a todo eso. Aprendí a meterme a las casa. A las tiendas p'allá pa' Conce, pa' todos laos, y gastaba todo eso en drogas.
DC: ¿Pero cuánta plata te gastabas en pasta?
E: ¡Uh! ¡Cómo 50 lucas! De repente me salvaba 200, 300 lucas. Me vestía, le daba plata pa' mis amigos y ahora me la fumaba toda. Amanecía 2 días, 3 días sin llegar a la casa. Pura pasta. Andaba una semana perdío, no llegaba a la casa, me andaba buscando mi familia que me fuera pa' la casa pa' apoyarme y yo no hacía caso.
DC: ¿Pero cúanta plata uno puede gastar en la noche en pasta?
E: ¡Puhh! Uno puede andar con 200 lucas en la pura noche y al otro día no tiene na. Sí. 200 lucas en la pura noche. 100 lucas, 80 lucas. Me la consumía toda en droga, marihuana, alcohol, pasta base. Si así es el vicio. Es como que le dijera, ¡eh!, como que le está quitándole la plata a uno. Se la lleva poh.
DC: ¡Pero tú eres delgado! ¿Estás delgado por naturaleza?
E: ¡Siempre he sido delgado! Desde chico siempre.
DC: ¿Cuándo fumabas tú estabai más flaco?
E: Más flaco. Si aquí empecé a recuperarme. Estaba más flaco sí. Acá me he recuperao la cara. Mi caracho igual, aquí me he recuperado harto.
DC: ¿Cómo, y los chiquillos igual siguen consumiendo afuera y no se dan cuenta que les está haciendo daño?
E: Sí oh. Igual fuman y no se dan cuenta que la droga lo está llevándolo a una parte como decir el infierno así, que lo está matando solo la droga. La droga mata poh. Mata harto.
DC: ¿Y cada cuántos días tú saliai a robar para la droga?
E: Todos los días. Todos los días. Sí. Cuando me iba mal, me salvaba con 10 lucas, con 20 lucas, cuando me iba más o menos no má. Me salvaba con 10 lucas, 20 lucas y me las fumaba al tiro. No miraba pa'l lao. En mi casa no me faltaba na, no comía en la casa, me daban de todo en la casa pero yo no quería ná. Pura droga. Sí, porque uno de repente trabaja y está trabajando pa' adquirir droga y no ve que tienen familia. Y pierde su familia porque se gasta toda su plata si trabaja para darle a su hijo. Yo he visto caso así igual, que de repente hay gente que trabaja y en vez de irse pa la casa se queda consumiendo droga. Sí oh. La droga la lleva.
DC: ¿Y eso lo hai visto tú?, ¿que trabajan en qué, por ejemplo?
E: Profesiones, sus profesiones de albañil, todo eso.
DC: Sí. Ya. Y tú, ¿Cómo aprendiste a consumir drogas, con amigos o solo?
E: Solo. Solo. De repente llegaban a vender así en la población y yo la miraba no má como la vendían, pero un día junté plata y la compré. Un día junté la plata y la compré. Y ahí me gustó y empece a robar, robar, me metía en problemas, pa' marihuana, pa' todo. Pa lo que sea. Empecé con marihuana primero, estuve con marihuana un tiempo y empecé con pasta base.
Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Pasta base o la droga "mata choro" - 1ra parte
E: Me empezó agarrando por la pura amistad no má. Porque un día yo, un día vi gente fumar. Pero no me gustaba y yo no quería probarla porque sabía que sentía algo que iba a tirarme, a tirarme, hasta que un día lo probé y quedé enganchao, sí poh. El primer pitazo. Primer papelillo que me fumé.
DC: ¿Con el primer papelillo quedaste enganchao?
E: Si poh, con el primero. Mi tiró harto harto pero cuando fumé el primero empecé con vómitos, como que transpiraba así, como que se me subía la presión y vomitaba y vomitaba.
DC: Y de ahí, ¿Cuánto tiempo quedaste pegao, o fumaste y después se te quitó?
E: Ahonde aquí. De 9 meses. 9 meses. Noches, puras noches. Me entraba como a las 7 de la mañana y de repente como a las 12 de la tarde, me entraba así y las ojeras que tenía. Y a mi mamá, a mi abuela, porque adonde va a querer a un hijo verlo así; ella no me dice nieto, me dice hijo.
DC: Y dime una cosa, ¿De dónde sacabas plata tú pa' fumar?
E: Igual robé hartas cosas pa' fumar y me arrepiento harto sí. Si por eso ella igual está conmigo; le robaba electrodomésticos, mi ropa igual la vendía toda, andaba con pures chores y una polera, y unas zapatillas feas. Y hasta que un día, porque Dios es grande no má, me salvó y dejé de fumar.
DC: ¿Y alguna vez robaste pa' comprar?
E: ¿Droga? Si robé, pero no asaltos, pero le robaba más a los que eran más como le dijera yo, a los que eran cabros pero no a la gente adulta. Les quitaba relojes, la mochila, algo así poh en los colegios, los cuadernos igual, los cuadernos nuevos los vendía.
DC: ¿Y cómo fue eso que en Santiago volviste a caer en la droga?
E: Me llevaron pa' donde mi mamá también. Y yo con mi mamá no me llevo bien. Y empecé con la puntita otra vez. Y ahí quedé enganchao, allá se fuma el codo, se fuman codos, ah esos codos de llave, se les coloca un plateao, se les pega con huinchiladora y con la hojita, se les echa la ceniza al codo y después se le echa pasta y uno se la fuma así!
DC: ¿Y el codo parece que tiene una cuestión plateá con hoyitos en la punta? ¿Cómo se hace eso?
E: Eso es plateao, se le sacan a los cassettes y cuando uno abre el cassette eso! O cualquier otra cosa!
DC: Y en la otra punta una huincha aisladora.
E: Si, alrededor. Pongámosle aquí está el hoyo, aquí está el plateao, se le coloca ahí, si poh, pa sujetar el plateao.
DC: Y en Santiago, ¿De dónde sacabai plata pa' fumar pasta si estabai en la casa de tu papá, si no le podiai sacar cosas?
E: No. No podía sacarle. Pero igual vendía toda mi ropa yo. Me volvía a comprar, vendía toda la ropa otra vez y después me volvía a comprar. Y volvía otra vez a vender toda la ropa y vendía plantas, los maceteros, mira a lo que me llevaba el vicio, a vender maceteros. Si poh, de primera mi mamá no se daba cuenta. Pero después se dió cuenta.
DC: ¿Dónde que veías a esos cabros que andaban con piñén?
E: En La Legua. Yo iba a comprar pasta base allá. De pena o sea verlos da pena, en la esquina así, faco así como una tabla, flaco así, así tan flaco, las cañuelas así y todos cochinos y con la pipa en la mano y el encendedor esperando que llegue alguien no má. Pa' que le regalen un papel o lo lleven a comprar. Tenían capas de piñén.
DC: ¿Pero viven en la calle o viven con sus familias?
E: Yo creo que viven en la calle. Si, porque hay unos cartones de ellos. Si, porque quién los va a querer aguantarlos, ¡Nadie! Está con ellos Dios no má. Nadie más, si el mejor amigo es él.
Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.
martes, 9 de noviembre de 2010
Ética de ladrones
E: Algo diferente. ¡Pucha! Tienen más sentimientos. Sí. Tienen más sentimientos porque han vivío. Han vivío en la misma carne propia lo que es pasar hambre, lo que es pasar frío. La humillación de repente de estar llegando siempre a lo mismo. Gente que ha estado y ha llegado a algunas partes y de repente es más solidadaria. Cuando los ladrones ven de repente a una persona que le falta algo, le dan porque como a ellos les llega tan fácil también. Yo he visto harta gente que tiene harto sentimiento.
DC: ¿Son más cariñosos, son más afectuosos?
E: Es que han vivío la lejanía de la familia también. La soledad. La soledad también. Los mismos castigos. Esas vidas que se dan de repente; ya viviendo en cana no. Pero yo conozco viejos y conversan esto y esto y esto y esto. Conversan cosas bonitas. Tienen cualquier sentimiento los ladrones. Yo pienso que tienen más sentimientos que alguna gente de afuera.
DC: Yo también pienso lo mismo.
E: Que la gente de afuera de repente les cuesta mucho también. Les cuesta mucho. Trabajan mucho. También de repente por eso mismo no, de repente por ser usted va a una parte donde hay gente que trabaja, oye sabís necesito esto. No. Pero si usted va a una parte donde haya una persona que sea ladrona, necesito esto, ¡sí yo puedo ayudarte! ¡No, yo puedo ayudarte! Tranquilo. Si, a los mismos niños pa' la pascua claro. De repente su regalo, unos zapatitos. La otra vez cuando llevé a mi compañero a mi casa, la mamita de los cabros chicos fuma (pasta) base y el papá igual. Y era pascua y los niños no tenían ropita... por ahí conversó y trajo ropita y los trajo pa' la casa y les dimos un regalito. Abrieron los regalos y dijeron ¡ropita nueva y un juguete! Quedaron contentos. La señora se puso a llorar y ahora ya no fuma más encima. De esa vez que no fuma.
DC: ¡De esa vez!
E: Ta dejando de fumar. Eso no se deja de un día pa' otro. Pero de a poco lo está dejando. Ahora no está fumando. Ahora los cabros tienen su casa bonita. Le compran ropa a los niños. Salen a pedir eso sí, pero tiene su casa bien bonita.
Delincuencia y desviación juvenil. Soc. Doris Cooper Mayr.