La medicina necesita aprenderse en hospitales y centros de salud ambulatoria, ese es el mejor lugar para reforzar las habilidades clínicas antes aprendidas. Bajo supervisión docente se aprende a realizar buenos diagnósticos, plantear esquemas terapéuticos y conocer una que otra técnica útil del doctor de turno. El hecho es que cuando te enfrentas a distintos escenarios clínicos vas logrando mayor destreza, autonomía y capacidad de decisión.
El problema es que existe una delgada línea entre el aprendizaje práctico y la antipedagogía, porque como sabemos los internos una cosa es la práctica clínica supervisada y otra es que tu trabajo sea la delegación de las labores "administrativas" que nadie quiere hacer, esas que abundan en la burocracia de los hospitales públicos. Entre en broma y en serio con mis compañeros decimos que nos vamos a titular de médicos y secretarios, ya que la cantidad de papeles que debemos llenar es increíble.
En ningún momento creo que este problema sea insalvable, de hecho tengo excelentes experiencias en mi internado. Pero también han ocurrido otros hechos que opacan lo bueno de formarse como médico. Más de alguna vez alguien me han gritado innecesariamente, he tenido días en los que he estado despierto más de 30 horas y he dejado de hacer una buena parte de las cosas que antes disfrutaba.
Me gustaría ver desde los inicios de la formación médica el desarrollo de una cultura de equipos, más saludable, abierta al diálogo, colaborativa, creativa y responsable. Creo que sólo así podremos evitar en el futuro tener una nueva generación de médicos quemados.
El problema es que existe una delgada línea entre el aprendizaje práctico y la antipedagogía, porque como sabemos los internos una cosa es la práctica clínica supervisada y otra es que tu trabajo sea la delegación de las labores "administrativas" que nadie quiere hacer, esas que abundan en la burocracia de los hospitales públicos. Entre en broma y en serio con mis compañeros decimos que nos vamos a titular de médicos y secretarios, ya que la cantidad de papeles que debemos llenar es increíble.
En ningún momento creo que este problema sea insalvable, de hecho tengo excelentes experiencias en mi internado. Pero también han ocurrido otros hechos que opacan lo bueno de formarse como médico. Más de alguna vez alguien me han gritado innecesariamente, he tenido días en los que he estado despierto más de 30 horas y he dejado de hacer una buena parte de las cosas que antes disfrutaba.
Me gustaría ver desde los inicios de la formación médica el desarrollo de una cultura de equipos, más saludable, abierta al diálogo, colaborativa, creativa y responsable. Creo que sólo así podremos evitar en el futuro tener una nueva generación de médicos quemados.
Les dejo una presentación que hizo el año pasado el centro de estudiantes de la Universidad de Concepción
2 comentarios:
Muy interesante, por desgracia, esto pasa en todos los países... digamos que son etapas que uno tiene que ir pasando...
Lo suyo es que si a uno no le gustó que le hiciesen eso cuando era novato, no hacerlo cuando ya seas especialista... pero parece como si fuese una tradición y la gente se olvida de esas cosas una vez que tiene el poder para hacerlo...
el drama de los internos de todo el mundo, jejeje en otro lados a los internos se los deja sueltos sin direccion alguna, eso sucede en cierto hospital de mi pais, y ay cuando se ha hecho la megacaga.... ahi aparcen los residentes
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