martes, 20 de julio de 2010

El carismático Dr. blog

Una muy buena entrevista a uno de los íconos de la "blogósfera chilena". Sin duda un líder de este movimiento emergente.



El carismático Dr. Blog

Era un domingo en la mañana de 2005. Estaba en su casa, con su señora y sus dos niños y con el diario "El Mercurio" entre las manos, cuando leyó: "Quien no tenga un blog, no va a pertenecer al futuro". Eso decía el ex senador Fernando Flores, uno de los pioneros en Chile de esta nueva herramienta tecnológica, en una entrevista.

Entonces, el médico José Luis Contreras (49) se quedó pensando. "Yo quiero estar en el futuro", se dijo a sí mismo. E inmediatamente se le ocurrió una idea.

Desde hacía tres años, el doctor Contreras tenía una piedrita profesional en el zapato: a comienzos de 2002, cuando recién llevaba veinte días como director del Hospital San José, supo del emblemático caso de la cama 8.
Se enteró por una enfermera en práctica quien le manifestó que después de hacer unos análisis de sangre, se dio cuenta de que a los pacientes no les estaban suministrando oxígeno, sino aire. Eso explicaba los 22 extraños decesos en el hospital. El doctor Contreras, que a esas alturas además de ser director de ese recinto también hacía turnos de urgencia en el Sapu Juan Solorzano de Pedro Aguirre Cerda desde 1997, y atendía su consulta privada, denunció el caso ante las autoridades del Ministerio de Salud. Dice que lo único que consiguió fue que lo destituyeran de la dirección del hospital por haber hablado.

-La experiencia en el hospital San José me quebró la vida: me enfrenté a los poderes fácticos, denuncié las irregularidades y pasó que quedé en la orfandad más absoluta, discriminado y sin pega. Fue una experiencia muy golpeadora, una decepción valórica muy grande -recuerda.

Después de su salida del San José, el doctor Contreras empezó a llevar una vida de médico relativamente normal, pero de bajo perfil: siguió atendiendo su consulta y haciendo turnos en el Sapu Juan Solorzano, adonde llegó por un reemplazo y terminó quedándose porque le gustaba la adrenalina de las urgencias y sentirse un aporte.

Pero ahora -después de leer el diario- tenía una nueva idea para reinventarse, y contribuir desde otra vereda a mejorar la gestión en salud: un blog médico con los casos que aparecían diariamente en el Sapu donde trabajaba.
Ese mismo día, el doctor Contreras, que manejaba las herramientas básicas de internet, Word, Excel, correo electrónico y no mucho más que eso, entró a su computador para ver qué tan difícil era crear un blog. Al día siguiente, llegó al Sapu donde atendía y les propuso a sus colegas hacerlo.

El reportero de salud

Lo primero que hizo fue crear la dirección: http://serviciodeurgenciapac.blogspot.com/. Y luego, empezó a reportear. El doctor escribía de los casos que le llamaban la atención en el día a día en un cuaderno para que no se le olvidaran y más tarde poder subirlos a la web. Mantenía el anonimato de sus pacientes y les pedía consentimiento para escribir de su caso o tomarles fotografías con su celular para publicarlas en el blog. Sus colegas lo ayudaban informándole de otras consultas que fueran útiles para los lectores. El doctor Contreras después digitaba en el computador nuevas entradas y las subía al blog. Algunas veces con fotos reales, otras con fotos de archivo.

-Mi karma quizás era ser periodista, porque empecé a publicar bastante. Me empecé a conectar casi todos los días. La motivación era publicar historias que pudieran ser una enseñanza para la gente, llegar con temas de prevención en salud a miles de personas a través de esta herramienta masiva.

Así blogueó casos como el de una chica que llegó con un melanoma -cáncer a la piel- en la planta del pie. "Claro, cuando uno va a la playa se echa bloqueador en todas partes, menos en la planta de los pies que quedan expuestos a la radiación. Eso era un tremendo aprendizaje para todos". También publicó un video de un paciente -con su identidad resguardada- que después de haber estado postrado en cama por muchos meses, desarrolló una infección parasitaria severa en su pierna, y escribió: "Esto es una expresión clínica de la marginalidad y la pobreza en la que viven algunos adultos mayores". El título de la entrada: "La otra cara de la miseria".

En su blog, el doctor Contreras no sólo aprovecha de dar consejos preventivos en salud, sino que además de dejar en el aire preguntas valóricas y cuestionamientos al sistema. Como la vez que describió una escena que vivió en su propia consulta en el Sapu, donde se encontró con un único paciente en un rincón de la sala de espera. El resto de los usuarios figuraba en el patio del consultorio. Habían huido del insoportable olor de la colostomía mal cuidada que llevaba el hombre del rincón. Hasta ese momento, nadie lo había querido atender en hospitales ni consultorios para cambiarle la bolsa donde defecaba.

-Era la discriminación con el más pobre de los pobres. Nadie quería hacerse cargo de su consulta. Lo hice pasar, y generamos las redes necesarias para cambiar su bolsa y se solucionó el tema. Escribí esa historia porque se trataba sólo de tener una adecuada coordinación y buena voluntad.

La publicación que más posteos ha tenido fue el caso de una chica de 17 años que llegó hasta el Sapu con un ataque de histeria. "Dentro del código de urgencia, una crisis nerviosa es algo que nadie tiene que pescar, que hay que dejar que se le pase solo al paciente. Pero la recibí y la chica me contó que estaba así porque recién le había contado a su familia que su padre la violaba hacía mucho tiempo". El posteo, dice el doctor Contreras, generó un intenso debate acerca del abuso sexual y el silencio de las víctimas. Incluso, motivó a otros lectores para que contaran experiencias similares. Pero la historia que más satisfacciones le ha dado hasta ahora es el caso que le contó una estudiante de enfermería, quien le explicó que una tía tenía desde hacía años una tremenda hernia en el estómago, que en distintos hospitales públicos se habían negado a extirpar con cirugía. El doctor escribió del caso.
Averiguó por qué se negaban a operarle la hernia a la mujer, y a través de su blog consiguió que un canal de televisión ayudara a la paciente, quien finalmente fue intervenida en una clínica privada.

Al poco tiempo de haber creado el blog, el doctor Contreras ya tenía miles de seguidores. Hasta la fecha, suma 300 mil visitas de pacientes, entre médicos y usuarios anónimos que comentan los casos y sus recomendaciones.
En 2007 fue premiado como el mejor blog en salud del país. El doctor Contreras se dio cuenta del poder que había en internet y empezó a alentar a otros para que lo usaran. Incluso a su hermana -agrónoma y experta en biotecnología-, quien había quedado completamente abatida cuando la diagnosticaron con un parkinson avanzado. Contreras la instó a escribir de su experiencia con la enfermedad.

-Mi hermana, que estaba con una depresión horrible, empezó a escribir y se legitimó. Después fue presidenta de la Liga Chilena del Parkinson, y gracias a su trabajo, el parkinson ahora está en el Plan Auge. Ahora dejó de escribir sobre su enfermedad, porque dijo: "Yo no soy el parkinson, soy Erika". Pero sigue escribiendo sobre otros temas.

Empezó a dar ideas relacionadas con el uso de la tecnología en el Sapu donde estaba. Incentivó a otros médicos para que incursionaran en internet. Planteó en el consultorio donde estaba de director pedirles el mail a los pacientes, en vez del teléfono.

-También quería hacer un blog sobre sexualidad adolescente con una matrona y una psicóloga experta para que los chicos preguntaran lo que quisieran. Hay cosas que nadie te va a preguntar en la consulta, y éstas son herramientas con las que puedes responder inquietudes de miles de personas. Creo que la tecnología y las redes sociales son el futuro de la medicina, y que los profesionales de la salud tenemos que hacer una transformación en la forma en que nos relacionamos con la gente. Debemos ocupar las tecnologías que los pacientes ocupan. La mayoría ahora tiene acceso a internet. Hoy en los consultorios se pierde el 30% de las horas de la gente hipertensa o diabética. Como te dan hora para tres meses más, la gente se olvida. ¿Por qué no mandarles un mensaje de texto el día antes con la hora, por ejemplo?

Sus colegas no comparten su visionaria idea de la atención médica. Muchos le han dicho en estos años: "esto significa tiempo, dinero, no todas las personas tienen acceso a internet; lo que hacemos es algo sumamente privado y no lo debemos compartir". Pero él, en vez de perder el entusiasmo, amplió sus medios de difusión cuando aparecieron nuevas herramientas como Facebook y Twitter. Y sigue blogueando en su página a pesar de que este año dejó el Sapu de Pedro Aguirre Cerda y se fue a hacer sus turnos a otros dos: uno en Recoleta y el otro en Pudahuel.

Doctor online

Noche de domingo en el Sapu Cristo Vive, de Recoleta. La sala de espera está llena de pacientes, madres con bebés abrigadísimos, arropados con frazadas de polar, hombres que miran un partido de fútbol en el televisor puesto en altura, niños que corren por los pasillos jugando. Afuera hace un frío que congela los huesos. Entre los boxs de atención, el doctor Contreras anda con su delantal blanco arriba de una camisa delgada, moviéndose de acá para allá. Trabaja así: sólo lleva un cuaderno grande para todas partes, donde anota los casos que más tarde publicará en su blog. Tiene un celular normal, sin mayores parafernalias tecnológicas, pero que toma fotos. Y tiene el computador de su salita de atención encendido. Así aprovecha de twittear información o links de salud entre un paciente y otro. O responder alguno que otro mail de pacientes de su consulta privada, que le mandan los exámenes por esa vía para que los vea y les diga si necesitan una segunda atención o todo está bien.

El doctor Contreras está todo el día conectado: en la mañana, apenas se despierta, toma el netbook de su hija de 18 años -el suyo está malo y necesita comprarse uno nuevo- y revisa blogs especializados en temas de salud del mundo. Especialmente "El Supositorio", un blog español que tiene una actualización constante sobre novedades farmacéuticas y científicas. Revisa su mail, se mete en su Facebook y copia links de salud y prevención que les puedan interesar a los más de 3 mil seguidores que tiene en esa red. Si hay actualizaciones de su blog, también los linkea. Hace lo mismo en Twitter: acorta las direcciones de links interesantes y los publica. Contesta los mails de pacientes anónimos o conocidos que le mandan mensajes vía Facebook. Como el de una mamá que hace unos días le preguntó si debía extirparse un lunar que le ha ido creciendo ahora que tiene seis meses de embarazo.
Tipeó el doctor: "Qué gusto saber de usted. Recomiendo se opere después que tenga a su hij@ (así, con arroba) y después de que termine de dar pecho".

Hoy dice que prescribe "links", un término que leyó de un doctor estadounidense en un diario que recomendaba enviarles ciertos links a pacientes para que se informaran más de sus enfermedades y de los riesgos asociados a ellas.

-Prescribo links, es decir, información que les pueda resultar útil a los pacientes. Por ejemplo, busqué en internet a una mamá fumadora que estaba amamantando porque vi que no quedó muy convencida en la consulta de los daños que puede provocarle el cigarrillo a su bebé. Entonces, le pinché una información diciéndole: "Vea esto".

Su trabajo en el Sapu de Recoleta, la consulta privada y ahora un nuevo cargo que asumirá en el área de gestión del Servicio Metropolitano de Salud Norte, no le impiden seguir conectado. De hecho, ya convenció a la directora para crear una página donde pueda dar cuenta de su gestión a diario. Tampoco se desconecta en vacaciones: su celular siempre está encendido para contestar consultas; si no anda con computador portátil, se arranca a un cibercafé para revisar correos y contestar dudas, y su receta médica tiene su dirección de Facebook, su mail, su celular y su cuenta en Twitter.

Intentó perfeccionar sus conocimientos con un magíster de comunicaciones audiovisuales, pero como era sólo para periodistas, no pudo inscribirse. Ya está pensando cómo aprender a mejorar el diseño de su blog. Dice que lo suyo es una mezcla de vocación de reportero y fe tecnológica.

-Cuando uno se mete a la carrera de medicina, siempre tiene valores altruistas muy grandes como ayudar, hacer el bien, no dañar, aliviar el dolor. Estas herramientas me han permitido concretar esos sueños. En estos años, desde que comencé el blog, he visto más pacientes por esta vía de los que he visto en veinte años como médico.
En mi consulta puedo ayudar a 40 personas en un día. Pero por este medio, pueden leerme miles de personas. Son miles de pacientes a quienes puedo ayudar con una pequeña reflexión o con información.

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